Desde el año 1998, se viene celebrando en la ciudad de Güímar y concretamente en la Plaza de Santo Domingo, la tradicional Muestra y Degustación de Gofio o también llamada Fiesta del Gofio, que por motivos relativos al Estado de Alarma, tendremos que celebrar desde el confinamiento. La Concejalía dirigida por Magüi Campos ha conseguido imágenes gráficas e información sobre la I Muestra y Degustación de Gofio, así como datos históricos del Gofio en Güímar gracias a Don Félix José Castro.
El consumo de gofio en Güímar
La molienda se realizaba prácticamente cada semana, dependiendo del número de miembros de la familia y el consumo de gofio que se hiciera. Hay que tener en cuenta que el gofio constituía el alimento principal de las familias, parte fundamental del desayuno, almuerzo y cena diarios. Las mujeres eran las responsables de las tareas de preparado y tostado del grano así como de llevarlo a moler y recogerlo. Estas tareas pasaban de madres a hijas generalmente era una persona sola la que las realizaba.
En los inicios existían molinos molinos movidos por viento y por agua en la zona, que dejaron de funcionar cuando llegaron las modernas máquinas. Se conocía en Fasnia el Molino de la Aldea, que era de viento. Construido por la familia de “Los Molinas” en 1840 estuvo funcionando hasta principios del siglo veinte. En la zona de Chacaica(Güímar) estaban los molinos de agua, estructuras que funcionaron durante el siglo pasado y que aún hoy podemos ver en pie.(..) A los molinos de agua nunca fui. Mi madre si, yo no los conocí, molían en tiempos de mi madre. En la Villa de Candelaria había dos molinos de viento más. Uno conocido por el Molino viejo o de Gallina Ciega que se levantaban a unos quinientos metros de la Basílica de la Virgen de Candelaria en dirección sur. Fue construido en 1860 y dejó de funcionar en 1890 aproximadamente. El otro, el Molino de las Hornillas, se emplazaba a unos mil metros de la plaza hacia el Norte dentro de la actual urbanización de “La Batayola”. Su construcción es posterior al de “Gallina ciega” y el cubo de la edificación fue demolido en la década de los cincuenta. (Alemán, G 1980)
En pleno siglo veinte, hacia las décadas de los años 30 y 40, existían en Güímar ocho máquinas funcionando: En el Escobonal había dos, estaban las máquinas de Don Irineo y la de Don Pepe Campos. En el Lomo de Mena se encontraba la de Cho Paco y en la Medida estuvo la máquina de Don Manolo Márquez, las cuatro funcionaban por medio de gasoil. En el casco de Güímar había cuatro más; antes del puente de Guaza se hallaba la máquina de Don Eladio, que no se si era de gasoil o eléctrica, luego pasado el puente, la de Doña Cristina y en la Calle que hoy se conoce como Canarias, en los Majuelos, estaba la máquina de Don Miguel Gómez, ambas funcionaban con electricidad . Por último, subiendo hacia Arafo en la Avenida Venezuela, existía otra máquina que estuvo funcionando hasta hace muy poco tiempo. También íbamos a Arafo que había dos más, el de Don Alfonso, cerca de la plaza era el más frecuentado y existía otro más en Aroba de Candelaria, que funcionaba a gasoil.
Además de estos molinos existieron, al igual que en otras zonas de la isla, los molinos domésticos. Éstos sólo se utilizaban en momentos de urgencia cuando el gofio se acababa repentinamente y no había gofio suficiente para el consumo de la casa. Asimismo también eran utilizados para hacer colón, trigo sin tostar de mayor grosor que el gofio qu se usaba para hacer frangollo.
La molienda de los vecinos de Güimar se hacia indistintamente en los ocho molinos citados e incluso se iba a los de Arafo o Candelaria, siempre dependiendo del número de personas que esperaban para recoger su grano molido y de la finura con que se moliera el mismo. El gofio se guardaba en grandes latas que legaban a contener unos 20 kilos, eran de unas galletitas, que vendían antiguamente, de bizcocho de pajarito, se compraban en casa de Don Baltasar o de Doña Carmela Carajera y una vez que se acababan los bizcochos pues vendían también las latas vacías.
En las máquinas, además del gofio, también se mola harina y colón para frangollo, éstos productos se molían en un día y hora determinados, pues las piedra tenía que ser picada con un dibujo diferente al del gofio. El picado de la era una tarea que realizaba el molinero, con bastante frecuencia para mantenerla en óptimas condiciones de molido. Consistías en un dibujo lineal a modo de radios que rodeaban la piedra, dependiendo del dibujo se podía conseguir un molido más o menos fino del grano
Hacia el año 46 las máquinas incluyeron un nuevo dispositivo que permitía tostar gran cantidad de grano, con lo que la costumbre de tostar en las casas fue desapareciendo. Posteriormente, con la llegada de nuevos productos alimenticios y los nuevos adelantos industriales, también fueron desapareciendo los molinos y los molineros, manteniéndose sin embargo la presencia del gofio en la gastronomía canaria.
Desde la Concejalía de Cultura e Identidad Canaria, dirigida por Magüi Campos, para conmemorar el día de Canarias, ha realizado varias actividades, aunque en esta ocasión sea a través de las redes sociales y digitales. “Divulgar nuestra cultura, nuestras tradiciones y trabajar por la identidad canaria, son nuestros objetivos”- comenta Magüi Campos.
“La actual situación de alarma no ha impedido que la cultura canaria y la participación ciudadana se combinen una vez más para celebrar el Día de Canarias en Güímar” -finaliza Gustavo Pérez.
? Plan Güímar Emprende
Los datos han sido suministrados por Doña Rafaela Torres de la Rosa
Folleto de la I Muestra de Degustación de Gofio el 29 de Mayo de 1998 cedido por Don Félix José Castro.

